24 de junio de 2010

No os dejeis engañar.

Había una vez un señor que se llamaba Miguel Georgalos, y tenía una empresa de golosinas a la que le puso justamente Georgalos, como su apellido griego. Este señor decidió lanzar una golosina, una especie de turrón de maní siguiendo una receta de una confitura griega llamada halva, conocida desde ese entonces como Mantecol.
Durante muchos años niños y grandes disfrutaron de este turrón de color claro, de tan peculiar sabor. Siempre conservando la receta original y el conocido paquete plateado con letras rojas.
Hacia 2001, la empresa Georgalos acumuló muchas deudas que había contraído en los noventa y tuvo que, lamentablemente, vender su más valioso tesoro: el secreto del Mantecol. Vendió entonces su marca registrada Mantecol a otra empresa de golosinas llamada Cadbury, en ese entonces Cadbury-Schweppes. Esta empresa puso como condición poder mantener el packaging y el nombre, y que don Georgalos no pudiera comercializar la receta del Mantecol durante ocho años.
Cadbury empezó a vender el Mantecol, pero le hizo algunos cambios a la receta. Cadbury le agregó cacao en polvo, es por eso que hoy si uno se fija en el Mantecol, ve que el turrón es color claro, pero veteado con marrón. El original no tenía chocolate. Es una pasta más dura, con más caramelo, que al comerlo se pega en los dientes, y su sabor es muy intenso y excesivamente dulce, al punto que algunos nos asqueamos al pensar ¡Una barra entera de mantecol!.
En 2008 cuando la veda (?) terminó, Georgalos siguiendo aquella original, volvió a fabricar el turrón Mantecol, pero sin poder usar el mismo nombre de antes, sino rebautizado como Nucrem. Si usted va a un kiosco, es probable que a simple vista no reconozca una golosina llamada Nucrem, pues Georgalos, prefirió que en el paquete figurara grande muy grande la palabra Georgalos, y más pequeña: Nucrem. Es una manera de no confundir el verdadero Mantecol, del tunneado Mantecol de Cadbury.
Amigos, si quieren el Mantecol de toda la vida, vayan al kiosco y pidan Nucrem.

Cadbury ahora lanzó esta campaña de la golosina nacional, Mantecol. Golosina nacional la pindonga!.

Dígale sí!

Dígale no!

8 de junio de 2010

Onda verde.

(WTF!)

Yo me pregunto en qué momento, cúando sucedió, cómo pasó el mundo light a apoderarse de las góndolas de supermercados e hipermercados.
No me opongo a la opción saludable, al contrario, pero se ha llegado a un punto en donde el porcentaje de productos light, liviano, cero, supera a los productos regulares.
El otro día fui a un hipermercado, y lo pongo en negrita para que se entienda que no fui al chino de la vuelta donde sería común encontrar poca variedad de productos lácteos, y quería comprar un flan. Un insignificante flan. Voy a los productos frios, una gran heladera, enorme. Había flanes Ser, y de otras marcas, todos light. Esto significa de movida, que no tienen azúcar, tienen aspartamo, edulcorante artificial que si bien endulza es sintético y aporta menos energía. La leche con la que está hecho seguramente será descremada.
Una sola marca de flanes normales había: Sancor. Una señores, una sola. El resto: bajas calorías.
No solo pasa con los flanes. Los famosos "postrecitos" ahora casi ni se ven, en su lugar coparon los "delicia de lemon pie" de la marca Ser, "Terremoto de frutas del bosque" light, "Tsunami de dulce de leche" light, o sea, imitación de postres de verdad, gusto a, símil... una porquería.
Con las galletitas pasa algo parecido, viene todo sin sal. Las granix, comunes para comer con el desayuno, galletita de agua, sin sal. Gusto a nada, por supuesto.
Voy a los quesos rayados, quesos en hebras La Serenísima. Paquete color verde: light. Imaginen tan solo un queso rayado light. Es como rayar port salut, para eso me compro el port salut y lo rayo yo.
La semana pasada, salía del trabajo con una compañera y su nena de 3 años. Entramos a un kiosco, la madre quería comprarle un alfajor simple, de dos tapas, para la nena. La única opción de alfajor simple que había era Ser. Los demás eran los triples. Tuvo que comprarle a la nena un alfajor dietético...

Puedo seguir con la lista: mayonesas, sopa (o sea sopa, algo que engorde menos que la sopa en cubitos no conozco, pero sí, la tuvieron que hacer light también), chocolates light.
Todo inundado de envases verdes.

Me pregunto a dónde iré a comprar los productos originales, regulares o enteros, con azúcar y sal de verdad.

5 de junio de 2010

Miranda! en El Teatro Colegiales.



Antes:

Ir de mi casa a El Teatro, fue una odisea, todo tapado por Perón, Gascón, Córdoba incluso que suele ser muy fluída, un desastre. LLegué a las 19.15, y la cola daba vuelta la cuadra y casi que llegaba hasta la esquina. Me ubiqué en la fila y ya habian abierto las puertas así que saqué la entrada de la cartera y entré a los pocos minutos.
Como siempre, me parece que no voy a ver nada, pero esta vez que miré bien el predio (?) me di cuenta de que El Teatro es bastante chico, es como La Trastienda y me animaría a decir que quizás más pequeño.
Me puse en el medio, y a medida que iba llegando la gente más me apretujaban, pero más o menos estaba bien. Cerca del escenario, esperando que empezara. Al lado mío tenía una parejita, en la cual la chica era super quejosa, dijo: "Estoy mal: perdí el arito, se me rompió la cartera, esa boluda se quiso colar adelante y me duele la espalda". A mi también me dolía la espalda. Al otro costado tenía un travesti adolescente, tendría unos 17 o 18 años. Parecía una chica, eh, era de mi altura, lindo pelo, pero cuando atendió su celular, su voz de flaco la delató.
El chou empezó una hora y media después de que entré.

Durante:


Arrancaron por suerte con la canción que menos me gusta: Don. Estuvo bueno haberme sacado de encima esa canción. Ahí nomás empezaron a saltar y a empujar derecha izquierda atrás adelante, uno no sabía donde poner las piernas, era un kilombo. Bajo estas condiciones soporté tres canciones, y dije basta. Con solo hacer dos metros o tres para atrás ya era otra cosa, se veía genial, más cómodo, así que me quedé ahí.
Miranda! tocó los temas nuevos pero también los más lindos de los discos anteriores: Agua, Otra Vez, Horóscopo, Navidad, El Profe, Quereme, Quiero, Amanece Junto A Mi y algunos -no todos- del nuevo disco: Tu Misterioso Alguien, Romance Juvenil, El Sowcito, Entre Mis Brazos....

Entre la gente, había un flaco, alto, más bien de unos 27 años, solo, con pulover y bufanda que yo no se si le faltaban un par de jugadores, pero ésto es lo que hacía: cuando la música daba para saltar, el flaco se TIRABA sobre la gente y empujaba, y hacia pogo violento él solo, empujando para todos lados, pegando codazos limpios. A nadie le cabía eso, las chicas estábamos enojadas (?) y le tuvimos que decir "flaco calmate".
El flaco se calmó, pero igual seguía haciendo cosas de pancho. Y cantaba a los gritos.
Cuando hicieron Casualidad agradecí haber ido, adoro esa canción y la teatralización que hacen con ese tema. Los Miranda! muy copados, mucho feedback con el público, recibían ositos, flores, remeras, bufandas, pañuelos que les revoleaban. Ale Sergi se secaba la transpiración y tiraba al público las bufandas. También se metió bufandas en el bajo vientre, bailaba un rato y las tiraba al público. Las minas extasiadas (?).
Juliana cantó muy bien, sobre todo la parte de los gritos de Casualidad. Emocionante. Tengo video, después lo pongo.
Cuando cantaron Mentía, prendieron las luces, en el clásico amague de "chau, hasta siempre". Y volvieron con un cambio de vestuario: más colorido y veraniego, mientras que el que habían usado antes era en la gama de los negros, más de gala, digamos.
Esta segunda mitad, la arrancaron con nada más y nada menos que Romix. No me importó nada, y me mandé a saltar y a bailar como una buena piba que disfruta.
Después de Romix, el momento que estaba esperando con ansias: Cantaron Tiempo. Tuve un pico de emoción (?), canté toda la canción, y se notó que fue el punto más groso de la noche. Tiempo es una canción del primer disco, super sufrida, hermosa musicalmente y con una letra desgarradora. Pusieron toda la carne al asador cantando esta canción, ellos sabían que no la tocaban hace tiempo y que de verdad es un pedazo de canción.
De ahí en más fue todo disfrutar a pleno.

Después:


Terminó el show después de dos horas, salí, me compré una Levité de naranja y me senté a ver en la guía T dónde pasaba el 168. No estaba segura de qué mano debía tomarlo, pero le pregunté a unas chicas y era ese efectivamente. Viajé sentada.

Fue un muy lindo show, sobre todo porque hacía bastante que no iba a verlos.
Me pasa algo raro en los recitales, al principio cuando arranca me siento un poco indiferente, y no disfruto mucho, pero después cuando media el show, es como que me cae la ficha y ahí sí me suelto un poco más.

Video de Casualidad filmado por mi, me temblaba la mano :P