28 de agosto de 2012

"A mi abogado Lionel Hutz le dejo 50.000 dólares"



- Hola, la llamamos del estudio de abogados La Pindonga, trabajamos con el Banco Columbia, que a su vez trabajaba con C&A. La llamamos por una deuda de una compra de 2009.
 -¿Ah, C&A? ¿La empresa que se fue del pais de un día para el otro?
 -Sí, sí, je, je. Bueeeeeno, queríamos saber si estaba interesada en abonar la deuda.
- ¿Cuánto debo?

Yo en realidad me acordaba de que era una remera de no más de 30 pesos.

-Seiscientos pesos
-Dale, contate otro
-Bueeeno, es que en estos tres años se acumularon intereses.
-Me hubieran llamado antes.
-Quisieramos saber si está interesada en abonarlo.
-Mirá, si querés mandame una factura por lo que valía la remera en 2009 y yo te pago eso, pero 600 pesos, no. Ridiculeces no.
-Mi trabajo es comunicarle esto, dejo asentada su respuesta.


La compra había sido así: Me enchufaron en 2009 la tarjeta C&A, que no es una tarjeta de crédito o de saldo, sino una más parecida a la de puntos de Musimundo (que también dejó de existir de un día para el otro, sin avisar). Me dijeron que para "activarla" tenia que hacer una compra mínima y compré esa remera (una remera con un dibujo de Mickey que se despegó al segundo lavado). Cuando al mes siguiente quise pagarla, no había un local donde hacerlo. Cerraron todo, no dieron explicaciones. Nunca mandaron la factura, ni llamaron ni dejaron una dirección.

Hoy, tres años después pretenden que pague una suma irrisoria a una empresa que ya no está. Sigan participando.


El título del post es en homenaje a este capítulo: