6 de febrero de 2011

No-ticia.

Resulta que estamos en un coqueto mirador de Mar del Plata, eligiendo qué comer, y escuchamos que una de las mozas le comenta a otro mozo: -"¿Viste que murió Pinti? Pasó ahora, al mediodía, lo atropelló un auto...".
Nos ponemos alertas, queremos escuchar más sobre la noticia, tiene sentido, Enrique Pinti está haciendo teatro en la ciudad, podría ser. Rápido consultamos por teléfono a un conocido: "Che, se rumorea en Mar del Plata que murió Pinti, ¿sabés algo?". Nuestro amigo en común nos dice que no, que ni en Clarín ni en La Nación salió. Claro, pensamos, estamos frente a una primicia, ¡una fresca!. Tratamos de pescar algún otro comentario como para confirmar la noticia. Y en eso, lo logramos. La misma moza vuelve a charlar con su compañero: "Pobre Pinti... Pintita la perra, atropellada por un auto".

Nos miramos. Caímos.

A los pocos minutos, vuelve la moza con nuestro pedido: "Chicos, es mentira que murió Pinti eh, es un chiste que hacemos entre nosotros, para divertirnos. A veces decimos 'mirá, ahí está Moria, ahí está Moria', y la gente lo cree y mira para ver si la ve en la playa".

Muerte de la primicia.